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viernes, 26 de mayo de 2017

Relatos Olicity | Olicity...postres y tequila



Como estamos en época de descanso de nuestra serie favorita hasta que comience la nueva temporada, intentaré ser vuestro suministro de OTA y Olicity tanto como pueda.

Estas son dos mini escenas que a mí personalmente me encantan. Una está centrada en OTA y otra en nuestra pareja favorita.

Para aquellos que me siguen desde hace tiempo, esta escena y algunas más que vendrán después les serán conocidas.

Esta resubida de escenas la estoy haciendo para poder tener todos mis relatos centralizados en un mismo lugar y porque debido al reciente mini relato de la cita Olicity, mucha gente me está empezando a conocer y  me han pedido que si podía publicar en el blog aquello que no hubieran leído todavía, y como vuestros deseos son órdenes. Pues aquí están.

Espero que os gusten tanto como a mí. ¡AsWriters Now and Always!

Escena OTA

La oscuridad de la noche se cernía sobre Starling City. La tranquilidad  que reinaba en las calles contrastaba con el bullicio presente en las primeras horas del día. Como hoy, que no habían parado de ir de un sitio a otro ya que las obligaciones de Oliver como Green Arrow, se sumaban cada vez con más frecuencia, a sus deberes como CEO de la compañía, lo cual conllevaba que requiriera los servicios de Diggle más de lo esperado.


Siendo consciente de ello, Oliver le dijo que se marchara a casa a descansar. Que cualquier cosa que pudiera necesitar de él, podía esperar a mañana. En un día corriente habría rechazado la oferta, pero aquella noche el cuerpo le pedía desconectar de todo. Relajarse. De modo que sin pensarlo demasiado se dirigió hacia su apartamento, tomó una ducha caliente y decidió tumbarse en el sofá intentando probar suerte con la programación nocturna. 


A los pocos minutos sintió sed, al darse cuenta de que tenía que levantarse para cogerla, exhaló un profundo un resoplido. 


-- Esto es lo malo de vivir solo. Si quieres algo tienes que servirte tú mismo. 


Antes de que pudiera alcanzar su destino, escuchó pasos acercándose a su apartamento. Cuando se acercó a descubrir quién había tras la puerta, su sorpresa fue considerable. 

-- ¿Qué hacéis vosotros dos aquí? 


Felicity y Oliver se miraron y esbozaron una sonrisa. 

-- Traemos la cena. ¿Creías que te ibas a librar de tu no fiesta sorpresa? Le contestó ella enseñándole unas bolsas donde traían algo de comida rápida
Una sonrisa se dibujó en el rostro de aquel soldado

-- ¿Podemos pasar? Le preguntó Oliver 
-- Claro. Estáis en vuestra casa. 

Oliver ya había estado antes pero para Felicity era su primera vez y sentía curiosidad por saber cómo era  aquel lugar.
Nada más atravesar el umbral de la casa, se acercó a la barra americana de la cocina dejando las pesadas bolsas sobre ella. Tras comprobar que seguía sintiendo sus brazos donde estaban, se volvió hacia su compañero con una enorme sonrisa
-- Quiero ser la primera en decírtelo: ¡Feliz Cumpleaños! 

Felicity y Dig se fundieron en un cariñoso  abrazo. 

-- ¿Ha sido tú verdad? Dijo Dig señalando a su compañero

Oliver levantó las manos en señal de rendición. 

-- Por una vez soy inocente. Todo esto es cosa de Felicity.  

Diggle miró a Oliver, quien sabía perfectamente que no era muy dado a ese tipo de gestos de cariño. Le  ofreció su mano, pero para su sorpresa... Oliver sonrió uniéndose a él en un abrazo

-- Gracias por venir. 
-- ¿Bromeas? No me lo habría perdido por nada del mundo. 

Aprovechando que nadie estaba reparando en ella, Felicity estaba examinando cuidadosamente el lugar, como un niño cuando entra en una tienda de juguetes. 

-- Vaya he de decir que estoy sorprendida, me lo esperaba peor. 

Diggle la miró sorprendido. 

-- No te ofendas. No lo digo porque seas... quiero decir eres un hombre y soltero y bueno esa combinación no suele salir demasiado bien. 
-- Tranquila Felicity te he entendido. 
-- Y no sabes cómo te lo agradezco. 

Como consecuencia de su ocurrencia los tres amigos sonrieron.

Unos minutos más tarde....

Los tres estaban compartiendo una charla distendida sobre cosas cotidianas, sin aparente importancia...
Cualquiera hubiese podido decir que era algo aburrido, pero ellos no. Ellos lo estaban disfrutando, ya que debido a su trabajo, era algo que casi nunca podían hacer.

-- Sabes Oliver, nunca dejarás de sorprenderme. 

Tanto Felicity como Oliver le miraron confundidos

-- Bueno siendo hijo de quien eres nunca imaginé... que acabarías comiendo... comida de gente ya sabes más corriente. 

Oliver sonrió. Ese había sido un buen golpe, bajo pero bueno. 

-- Y además fue él quien me llevó hasta la hamburguesería. Increíble.
-- La gente cambia sabéis. Evoluciona y esas cosas... – contestó con una sonrisa que sus otros dos acompañantes compartieron 

Sin esperarlo, Diggle se levantó, fue a la vitrina de bebidas y colocó tres vasos en la mesa. 

-- Uhmmm ¿vas a servirme a mí también? 
-- Sí. 

Llenó las tres copas del licor que había elegido y levantó el vaso de chupito para un brindis. 

-- Por nosotros. 
-- Por nosotros. 
-- Por nosotros. El increíble equipo Arrow 

Felicity miró a Oliver y sonriendo dijo:

-- Lo siento tenía que decirlo. 

Aunque siempre se había opuesto a ponerle etiqueta a esa relación, esta vez no dijo nada, empezaba a gustarle la idea de ser un equipo. 

Los tres amigos brindaron degustando todo el sabor de un solo trago.
Oliver y Dig al estar acostumbrados no reaccionaron mal pero Felicity empezó a hacer muecas de asco. 

-- Argh está asqueroso. ¿Cómo os puede gustar esto? 
-- No lo sé. Simplemente nos gusta. Supongo que es cosa de la genética. Le contestó Dig mientras rellenaba por una segunda vez las copas de Oliver y la suya propia.

Felicity al ver que a ella la excluía protestó algo indignada. 
-- ¿No vas a rellenar mi copa? 

Dig la miró pensando que era algo obvio. 

-- Bueno acabas de decir que no te gusta. 
-- Eso no quiere decir nada. ¿Soy una más del equipo no? 

Diggle y Oliver se miraron. 

-- Felicity, claro que formas parte del equipo, de hecho eres un miembro  imprescindible. No tienes que demostrar nada. 

Oliver decidió intervenir para ayudarla, puesto que sabía que la bebida con alcohol no entraba en su lista de cosas que le gustara hacer.

-- Siempre me estáis excluyendo de cosas "sólo chicos" y voy a demostraros que si vosotros podéis yo también. Rellena. 
Diggle le consultó con la mirada a Oliver, quien asintió con la cabeza. 

-- Está bien señorita Smoak, usted gana. 
Felicity aplaudió victoriosa. Tras un par de rondas más, el alcohol había hecho mella en ella, dejándola casi al borde del sueño. 

-- Puedo hacerlo...Puedo hacerlo... - Susurraba casi de forma inconsciente. 

Oliver apartó su vaso para que no pudiera seguir bebiendo.

-- Creo que ya es suficiente por hoy.
-- No...Puedo una más.
-- Nos has ganado. Mira, Dig y yo ya no podemos beber más 

Diggle hizo un gesto de estar totalmente empachado lo que provocó que su compañera sonriera satisfecha de haber conseguido toda una hazaña.

-- Os lo dije, podía hacerlo. He ganado. Yupiii. 

Oliver hizo que se girara hacia él, la cogió en brazos llevándosela a uno de los dormitorios para que pudiera dormir.

-- ¿Ves? Soy tan fuerte como vosotros. No tienes que preocuparte por mí.- Le dijo casi entre murmullos. 

Al  intentar dejarla suavemente en la cama, Felicity protestó un poco aferrándose a él. 

-- Shh, tranquila. 

Cuando dejó de ofrecer resistencia, la arropó con una manta sentándose junto a ella en el borde de la cama. Permaneció así unos segundos, contemplándola…

-- Siempre voy a preocuparme por ti Felicity. Eres demasiado importante.- Acarició su rostro, apartando un pequeño mechón de su frente
Felicity sonrió, acercó su mano a la de Oliver y la entrelazó con la suya. Sentía cómo los párpados le pesaban demasiado, no podía mantenerse despierta. Poco a poco fue dejándose llevar hacia el mundo de los sueños. 

-- Te quiero Oliver. Te quiero mucho. 


Escuchar aquellas palabras, hizo que su corazón se acelerara, inundándose de una sensación muy cálida, desconocida para él hasta ahora. 

Una irrefrenable sonrisa acudió a sus labios. Acababa de darle el mejor regalo: compartir ese momento a solas, sabiendo que sólo le pertenecería a él. 

Acercó tímidamente sus labios a los de ella, consiguiendo robarle algo muy deseado: un beso.
Al sentir nuevamente el vacío sobre sus labios, Felicity ronroneó provocando que Oliver sonriera.

Por su mente había un único pensamiento: Quería mucho más. Y estaba dispuesto a luchar por ello.
Antes de marcharse se quedó en el umbral de la puerta, admirándola de nuevo, como si aquella imagen no fuera a repetirse nunca más.

Diggle al sentirle de nuevo junto a él, le ofreció otro vaso de licor. 

-- Gracias a Dios su tolerancia al sueño es menor que su aguante al alcohol. 
-- Es especial. Dijo Oliver 
-- Sí que lo es. Por cierto, cuando te cases con ella no sirvas tequila. 
Ambos sonrieron. 
-- Brindo por ello.

ESCENA OLICITY

Tras disfrutar de una noche de pasión y entrega... de besos y caricias, dos cuerpos exhaustos y agotados, descansaban bajo un manto de color púrpura.

Permanecían relajados, abrazados, aprovechando el poco tiempo de sosiego que su vida les permitía.

Los primeros rayos del alba se filtraban a través del cristal, creando perfectas vidrieras de colores en forma de cielo estrellado.

Oliver acariciaba con mimo y ternura la espalda descubierta de su compañera. La contemplaba con absoluta adoración...Memorizando cada marca de su piel, cada línea de su cuerpo...embriagándose de su olor, su suavidad...
En su mirada se podía vislumbrar una calidez desconocida en él, un brillo único...que sólo poseía cuando se trataba de ella.

El sonido estridente del despertador rompió la burbuja que les envolvía, indicando que un nuevo día comenzaba, que el sueño se acababa... que la realidad les absorbería. 

Oliver alzó una mano apagando el ruidoso aparato, besó con ternura la frente de Felicity quien empezaba a  despertarse
-- Shhh, vuelve a dormirte, aún es pronto.

Felicity se abrazó a su almohada emitiendo un gruñido que provocó una sonrisa en los labios de Oliver mientras se levantaba.

-- Te quiero dormilona.
Ella sin abrir los ojos y con voz ronca a causa del sueño susurró:

-- Yo te querré un poco más dentro de 30 minutos. 

Oliver besó tiernamente sus labios a la vez reía divertido por su respuesta. 

-- Pinchas.- protestó Felicity aún medio dormida
-- Anoche no te importaba. 
-- Anoche estaba mi otra yo. La que no le importaba nada con tal de  estar contigo. Bueno... eso y que estaba algo borracha.
-- No estabas borracha. El postre llevaba licor sin alcohol. 
-- Entonces estaba más cachonda de lo que creía. 


Esa respuesta arrancó una gran sonrisa a Oliver, mientras terminaba de abrocharse los botones del pantalón.

Antes de salir del dormitorio, recogió su ropa del suelo bajo la atenta mirada de Felicity encaminándose hacia la cocina. 
Ella, que le observaba con un ojo abierto y otro cerrado, esperaba que se acercara a ella antes de irse, por lo que se extrañó al ver que se marchaba. 

-- ¿No me preguntas qué quiero para desayunar? 
-- No. Hoy elijo yo. 

Oliver se giró hacia ella en el umbral de la puerta con una cierta expresión de victoria.

-- Por favor no me pongas otra vez esa cosa tan pastelosa, tuve dolores de estómago durante todo el día. 
-- ¿Confías en mí?

Felicity apretó un poco sus labios. 

-- Según el momento. 

Oliver levantó sus cejas en señal de sorpresa. 

-- Acabas de ganarte el postre pasteloso -. Le contestó señalándola con el dedo mientras emitía una leve sonrisa
-- ¡¡No por favor, lo retiro!! 
-- ¡¡Demasiado tarde!!- Se escuchó su voz contestándole en la lejanía. 
-- Noooo - sollozaba mientras hundía su rostro contra la almohada- ¿Por qué seré tan bocazas?

Mientras en la cocina...

Oliver abrió la nevera, no había demasiado...debían acordarse de hacer la compra antes de recluirse en la guarida. 
Cogió algunos huevos, mantequilla, leche, harina, azúcar, levadura, algunas especias y un bol con su correspondiente varilla. 
Comenzó a mezclar los ingredientes dándose cuenta de que le faltaba algo...cogió el móvil y pulsó el número 2 de marcación rápida dejando activado el altavoz. 
Un par de tonos más tarde se escuchó una voz masculina y muy familiar al otro lado. 

-- Qué pronto has madrugado, no esperaba tener noticias tuyas hasta más tarde. 
-- Es lo único bueno de ser insomne. Aprovechas el día bastante bien. 
-- Eso es una ventaja para según qué cosas. 

Oliver probó la masa que estaba preparando, estaba en su punto justo, le añadió un toque de sabor con las especias y empezó a cocinarla a fuego suave. 

-- ¿Qué tal anoche con Felicity? 
-- ¿Quieres la versión sincera o la políticamente correcta? 
-- Sabes que no me gusta que me mientan. 
-- Hubo una cena romántica... y una noche de sexo salvaje. 
-- Salvo en este caso...como hermano mayor, hay cosas que prefiero no saber. 
-- Qué conste qué te pregunté. 
-- La próxima vez, miénteme...
Oliver sonrió. 

-- ¿Has descubierto algo sobre nuestro nuevo amigo? 
-- No he avanzado mucho. La poca información que existe sobre él de manera abierta, no nos aporta nada nuevo. Necesitamos a Felicity. 
-- Tranquilo, en una hora estaremos allí. 
-- Procura que llegue de una sola pieza.
-- No puedo prometerlo. Le contestó sonriente
-- ¿Sabes una cosa? Me gustabas más en tu época de abstinencia. 
-- Lo sé, sin embargo yo ahora disfruto mucho más. 
Ambos amigos sonrieron dando por finalizada la llamada. 

Tras unos segundos de espera, Oliver retiró el desayuno que había preparado, guiándolo hacia la encimera. Comprobó que no faltara nada para finalmente encaminarse hacia el dormitorio. 
Con algo de sorpresa descubrió que Felicity no se encontraba en la cama. 

Abrió la puerta del baño para poder deleitarse con una imagen que le volvía loco: su chica estaba recién salida de la ducha, envuelta en una toalla...con su piel mojada... el pelo mojado alborotándose...era una completa invitación. 
Ella, al verle postrado en la entrada con esa mirada de picardía, esbozó una sonrisa. 

-- Creía que nos ducharíamos juntos. 

Se acercó a ella por detrás, y mientras sus manos se posaban sobre su cintura, sujetándola...sus labios llegaban hasta su hombro, besándolo con besos fugaces y suaves. 

-- No, porque entonces pasaría lo mismo que pasó anoche y no llegaríamos a tiempo. 
-- Bueno...esa es una de las ventajas de ser tu propio jefe, puedo llegar tarde. 

Ella intentaba rehuirle pero al sentir sus labios sobre su punto débil  quiso disfrutarlo. Ladeó un poco su cabeza para facilitarle el acceso. 

-- Oliver...por favor...- protestaba con desgana
-- ¿No te gusta? Le preguntó travieso mientras disfrutaba de su cuello 
-- Me gusta demasiado y lo sabes. 

Ella giró el rostro hacia él, consiguiendo así que los besos se redirigieran hacia su boca, pudiendo así distraerle de su principal objetivo, antes de que irremediablemente se vieran arrastrados a un momento de lujuria, deseo y desenfreno. 

-- Lo sé. Por eso lo hago. 
Ambos sonrieron. 

-- Uhmm hueles bien. ¿Qué has preparado esta vez?
Oliver emitió una sonrisa traviesa. Acercó sus labios a escasos milímetros de su boca. 

-- Ábrela. 

Ella obedeció sin ofrecer resistencia pudiendo Oliver unirse a ella en un beso lento, intenso y húmedo...dónde sus lenguas se buscaban, jugaban y sobre todo se deleitaban la una con la otra. 

El sonido de un beso al romperse, acompañado por aquellas sonrisas cómplices... Era simplemente perfecto.

-- Sabes a canela, vainilla y huevo.

Oliver sonrió abiertamente, estaba disfrutando como un niño pequeño.

-- Pues ahí tienes tu respuesta.

FIN

Relatos Olicity | Olicity...postres y tequila

Como estamos en época de descanso de nuestra serie favorita hasta que comience la nueva temporada, intentaré ser vuestro suministro d...