Google Translate
miércoles, 3 de mayo de 2017
Relatos Olicity | Escena Sorpresa: La Cita 1 Parte
¡Hola! Como hoy es nuestro gran día, ¡por fin ha llegado el deseado capítulo 5x20! Pues tenía reservada una escena que para mí es muy muy especial. Me ha hecho mucha ilusión poder escribirla, he disfrutado mucho con ella.
Espero que os guste mucho, que la disfrutéis tanto como yo y que al terminarla os deje una gran sonrisa. Ese es mi objetivo final.
Normalmente sabéis que os doy un titular enseñando de qué va la escena pues en esta ocasión tendréis que leerla para saber de qué va. ¡Qué mala soy! :D
Os aviso de que hay varias partes. Hoy toca la primera parte.
¡Dedicada a mis mosqueteras! Aunque la distancia nos separe, estaremos siempre juntas. ¡AsWriters Forever!
Escena Sorpresa Parte 1
Oliver se encontraba en su despacho trabajando en algunos asuntos que tenía pendientes, cuando siente que alguien llama a la puerta, éste levanta la vista para encontrarse con una figura tremendamente familiar al otro lado del cristal.
-- ¿Puedo pasar?
Oliver sonríe ante la pregunta y le indica que entre.
-- Dig, ya sabes que tú no necesitas pedir permiso.
-- Bueno, hay que mantener las apariencias. Ahora eres alguien importante.
Diggle se sentó frente a él con una sonrisa, observándole mientras escribía algo en el ordenador. En ese momento se dio cuenta de cómo había cambiado todo. De cómo Oliver había madurado hasta convertirse en quién era. Y eso le llenaba de satisfacción.
-- ¿Querías algo? – le preguntó desviando mínimamente la vista de la pantalla
-- Nada especial. Sólo ver cómo estabas.- su voz sonaba tranquila, apaciguada
Oliver se le quedó mirando, en silencio, un poco extrañado ya que precisamente la falta de comunicación no era un problema para ellos. Un par de segundos después, el sonido de unos tacones desde la lejanía irrumpió en la oficina, llenando completamente su vacío.
-- Hola Dig!- le saludó una sonriente y enérgica Felicity que dirigió sus pasos directamente hacia la mesa de su jefe – Aquí tienes, el informe que pediste esta mañana.
Felicity le ofreció un portafolio con algunos documentos dentro, el cual él recogió de su mano con una sonrisa.
-- Gracias. Por cierto, ¿podrías mirarme si Palmer Tech ha confirmado la reunión de mañana?
Nada más pronunciar esas palabras, devolvió su atención hacia los papeles que cubrían su mesa, sin embargo unos segundos después comprobó que el cuerpo de Felicity seguía frente a él con una mirada algo inquisidora. Esa ceja levantada era clara muestra de ello.
-- ¿Por favor?
-- Eso está mucho mejor.- Hizo un gesto con la mano hacia él, como si le tocara con una varita mágica, volviendo a aparecer la sonrisa que a él tanto le gustaba
-- Adiós Dig!- le dijo al pasar por su lado con su habitual contoneo
-- Adiós Felicity – le contestó con una cierta sonrisa de picardía
Oliver, que había seguido con detalle cada paso de su compañera mientras se alejaba, carraspeó levemente al darse cuenta de que estaba siendo observado, decidiendo volver a hacer lo que “tanto le gustaba”: trabajar.
Dig al haber presenciado la escena, no pudo mantenerse en silencio, decidiendo que quizá había llegado el momento de que alguien les ayudara.
-- ¿Qué tal todo con Felicity?
-- Bien. Va adaptándose poco a poco. Aunque ya la conoces, algunas veces tiene sus pequeños arranques de genio.
-- Ya. Es una mujer especial, una…que cualquier hombre desearía tener a su lado.
Oliver dirigió su mirada por primera vez hacia él.
-- ¿A qué viene eso ahora?
-- Oliver, ¿no crees que ya es hora de que te sinceres con ella?
-- ¿Sincerarme?...
-- Decirle que la quieres.
-- Ahm…cómo…
-- ¿Qué cómo lo sé? Dejando de lado que es algo obvio. Paso mucho tiempo con vosotros.
-- ¿Es algo obvio?
Oliver acogió la respuesta con cierta sorpresa.
-- Me temo que sí.
Al ver que Oliver cerraba los ojos frotando su frente como si eso le preocupara, decidió preguntar:
-- ¿Pretendías que fuera un secreto?
-- Sí, es decir no, pero al menos esperaba que no fuera de dominio público.
-- ¿Porque eso te hace vulnerable?
-- No…es…porque no quiero hacerle daño a Felicity. Atarla a este tipo de vida… con alguien como yo…no, no es lo que quiero para ella
-- Oliver, no sé si eres consciente de ello pero…Felicity ya está atada a este tipo de vida, desde hace bastante tiempo. Y con respecto a que sea o no contigo. Creo que te subestimas.
-- Ella se merece a alguien mejor que yo, John.
-- Tú eres justo lo que ella necesita.
-- ¿Un asesino encapuchado, con una doble vida? Sí, es el sueño de toda mujer.
-- No Oliver, ella necesita al hombre que hay tras la capucha. Alguien que es capaz de sacrificarse por otros, sin pedir nada a cambio.
Tras una breve pausa continuó.
-- Antes de que llegaras a esa isla, no eras lo que se dice alguien recomendable, es cierto. Tenías una máscara que ocultaba cómo eras de verdad. Pero sobrevivir a todas aquellas experiencias consiguió que esa máscara se fuera rompiendo, dejando salir a tu verdadero yo. Te fue convirtiendo en quién eres Oliver. Sólo te hacía falta un poco de mano dura de Felicity para terminar de pulirte.
Ambos amigos sonrieron, aunque a Oliver le costara admitirlo, Dig tenía razón.
-- Creo que deberías darle una oportunidad. Y con ello… perdonarte a ti mismo.
Oliver desvió su mirada hacia Felicity que seguía inmersa en sus quehaceres, ajena a lo que estaba ocurriendo entre ellos. Se quedó pensativo, quizá planteándose si podría dar ese paso.
-- No sé si todavía merezco ese derecho.
-- Créeme, te lo has ganado a pulso.
Dig se levantó de su silla dirigiéndose hacia la puerta.
-- Si me aceptas un consejo…no permitas que tu vida se reduzca a esa capucha. Te estarías perdiendo todo lo que puede ofrecerte.
-- ¿Te refieres a salir a cenar, o ver películas con palomitas?
-- Eso es Oliver, una vida normal.
Diggle se marchó dejando a su amigo abstraído en sus propios pensamientos.
Por la tarde en la guarida…
Felicity entraba en el Verdant maldiciendo al hombre del tiempo por no haber sabido hacer algo tan sencillo como calcular la posición de las nubes, y que como consecuencia ella hubiera acabado algo más mojada de lo normal.
-- No me explico cómo se puede fallar en algo tan simple. Si sólo tienen que mirar una pantalla…- farfullaba algo molesta mientras se adentraba en la estancia
Agradecía que a esa hora no hubiera nadie en la discoteca, ya que las aglomeraciones de gente la ponían muy nerviosa.
Casi al llegar a la entrada que conducía al sótano, su pie resbaló llevándola casi a perder el equilibrio, lo cual hubiera sido todo un contratiempo.
-- Uuuu, casi me mato- al mirar hacia abajo observó una sustancia viscosa y pegajosa en el suelo – Argh qué asco, por una vez me alegro de no ser yo quién lo limpie.
Cuando sus pies por fin tocaron un suelo medianamente estable, siguió hablando en un tono más alto, puesto que la acústica en aquella cueva no era demasiado buena según qué zonas, creyendo que así tanto Oliver como Diggle la escucharían.
-- Oliver, te sugiero que contrates a otra empresa de limpieza, casi me mato allí arriba al pisar sabe dios qué.
A pesar de sus esfuerzos, ninguno de los chicos alcanzó a escucharla ya que tenían toda su atención centrada en una sola cosa, su particular batalla de entrenamiento.
Un movimiento en falso, un despiste…y todo cambiaría.
-- 50 a favor de Oliver. – dijo al llegar hasta una de las mesas pudiendo dejar el bolso y quitarse el abrigo mojado
La voz de Felicity surtió un efecto de distracción sobre la concentración de Oliver, cosa que Diggle supo aprovechar a su favor, asestándole el golpe de la victoria.
-- Buen golpe.
-- Gracias, aunque tú no lo has hecho nada mal.
Ambos hombres llevaban ropa deportiva ancha y estaban sin camiseta, hecho que particularmente a Felicity, le encantaba ya que le permitía deleitarse con las vistas.
Sus cuerpos estaban sudorosos y exhaustos pero el esfuerzo había merecido la pena. Se acercaron a la mesa donde se encontraba Felicity quién les obsequió con una toalla a cada uno.
-- ¿Quién ha ganado?
-- En realidad se puede decir que hemos quedado en empate.- contestó Oliver bebiendo un poco de agua de su botella
-- Eso está muy bien Dig. Enhorabuena.- le dijo muy sonriente
Felicity le dio una pequeña palmadita en el brazo a su compañero, quién emitió una leve sonrisa
-- Gracias. Pero no todo el mérito ha sido mío. Oliver es un buen entrenador.
-- Aunque eso es cierto, tú has mejorado mucho. Al principio no me costaba tanto vencerte, pero ahora… me haces tener que entregarme a fondo.
-- Eso viniendo de ti, es todo un cumplido.
-- Disfrútalo porque no va a volver a repetirse. – contestó con una sonrisa
Felicity les miraba embobada, disfrutaba mucho aquellos momentos de complicidad entre los tres.
-- Lo tendré en cuenta, aunque usted señorita- levantó el dedo índice levemente hacia ella – no haya confiado en mí.
Felicity se puso algo nerviosa, se sentía en un callejón sin salida, dijera lo que dijera seguramente quedaría mal.
-- Yo no quería decir eso…es sólo que en fin, es Oliver…- una risilla tonta hizo su aparición pero rápidamente carraspeó, aparentando normalidad, al darse cuenta de que se estaba dejando en evidencia – pero descuida que si hubiera sido cualquier otro, hubiera apostado por ti, no lo dudes.
Oliver y Diggle rieron divertidos al ver que habían conseguido tomarle el pelo, sin maldad por supuesto.
-- Tal vez deberías intentar entrenar conmigo algún día.
Felicity le miró con sorpresa y no fue la única. No acababa de creerse que Oliver al fin se estuviera ofreciendo a hacer algo que ella le había estado pidiendo desde que se integró en el equipo.
-- ¿Te estás ofreciendo a entrenarme? ¿He oído bien?
-- Bueno…formas parte del equipo, ¿no?
-- Ahm Oliver, no sé qué decir. Me encanta la idea.
Felicity estaba radiante, se notaba que la noticia la había hecho muy feliz.
-- Entonces ya está.
Sin poder frenarse, se abrazó a Oliver con fuerza.
-- Gracias, gracias.
A pesar de que aquel gesto le había cogido desprevenido, Oliver correspondió plenamente a ese abrazo, disfrutando cada segundo de él. Cuando sus cuerpos se separaron lentamente, sus miradas se buscaron, perdiéndose el uno en el otro. Un silencio incómodo se hizo palpable entre ellos, haciendo que se separaran de una manera más brusca.
-- Si soy buena y consigo tu aprobación, cosa bastante difícil por cierto, ¿crees que podrías dejarme salir a patrullar con vosotros? Por fi por fi.
La pregunta llegaba con entusiasmo, Felicity siempre había querido ser una parte activa dentro de grupo, poder ayudar desde un ángulo distinto, sentir esa descarga de adrenalina.
-- No, eso sigue siendo no negociable.
Lo malo de subir muy alto es que la caída también duele más. Decepcionada, y sin ocultar su frustración se dirigió hacia el almacén para coger una toalla con la que poder secarse de la lluvia.
Aprovechando el poco tiempo a solas del que disponía Diggle decidió intervenir.
-- Sé que quieres protegerla, pero tienes que asumir que algunas veces tendrá que venir con nosotros.
-- Puede hacer su trabajo desde aquí, no es necesario exponerla.
-- Algunas veces ha sido necesario hacerlo porque la situación así lo requería.
-- Han sido las mínimas, y siempre me he encargado de que estuviera a salvo.
-- Oliver…no puedes…
Oliver le miró desafiante y contundente.
-- Diggle, mientras pueda evitarlo, lo evitaré.
Diggle sabía mejor que nadie que cuando Oliver tiene algo en mente es casi imposible hacerle cambiar de idea.
-- Bien, es tu decisión.- su respuesta fue seca y cortante, no dando pie a que la continuara
Dig avanzó unos cuantos pasos, al pasar por su lado detuvo su mirada unos segundos sobre él antes de marcharse.
Cuando estuvo seguro de que no había nadie más allí, Oliver exhaló un profundo suspiro cuestionándose si estaba haciendo lo correcto.
-- ¿Dónde está Dig?
La voz algo más calmada de Felicity le trajo de vuelta a la realidad.
-- Ha tenido que irse.
-- Ahm.
Fue lo único que obtuvo como respuesta. Oliver sabía que estaba molesta, la conocía demasiado bien, como también era consciente de que aquella situación no sería la última vez que se repetiría.
Felicity caminó un poco hasta una de las mesas que estaban cerca de él, con un simple gesto se soltó el pelo de su habitual recogido dejando que su cabello cubriera sus hombros. Acto seguido deslizó las gafas sobre su rostro, desprotegiéndolo, dejando al descubierto aquellos preciosos ojos azules.
Con movimientos suaves y ondulantes secó su cabello poco a poco, empezaba a sentir cierta humedad en su cuerpo debido a la ropa mojada. Abstraída en su tarea no se daba cuenta de que esa escena estaba siendo observada por otra persona, provocando en él una constante sensación de deseo.
Oliver permanecía en silencio, admirando cada movimiento que hacía, deleitándose con la imagen que se le ofrecía. Cada expresión de su cuerpo parecía tener un efecto estimulante en él, atrayéndolo irremediablemente hacia ella.
A pesar de que el cambio era sutil, la sentía distinta. Algo había cambiado.
En aquel momento, un pensamiento acudió a su mente: a pesar de que siempre la había encontrado atractiva, en ese instante le pareció la mujer más sensual y cautivadora que hubiera visto jamás. Fue entonces cuando las palabras de Diggle cobraron sentido para él: “Es una mujer especial sin duda. Una, que cualquier hombre desearía tener a su lado.” “Tú eres justo lo que ella necesita”
Las dudas le asaltaron, y si por no tener el valor suficiente para luchar por ella, llegaba a perderla. No se lo perdonaría nunca. Y si realmente Diggle tenía razón y era el momento de avanzar. ¿Se merecía él realmente ser feliz?
Empezó a notar un cierto temblor en sus manos. Sentía la boca seca con cierta dificultad para tragar.
-- Felicity…
Ella se volvió hacia él con total normalidad fijándose en que Oliver no dejaba de moverse, como si estuviera nervioso por algo.
-- ¿Te…te…gustaría venir a cenar conmigo?
Un gran suspiro de alivio salió de su cuerpo, lo había conseguido, por fin había dado el paso.
-- Claro, en qué restaurante quieres que reserve. Si el cliente es Palmer Tech ya te aviso de que deberíamos llevarlos a uno caro, porque la última vez nos invitaron a ese restaurante de lujo que acababan de abrir, ¿te acuerdas?
-- No… es…una cena de trabajo.- una sonrisa nerviosa se apoderó de él – me refería…a una cena…los dos solos. – las palabras apenas podían salir de su garganta- vaya, nunca pensé que siendo yo, me resultaría tan difícil hacer esto.
El rostro de Felicity palideció, aquellas palabras tan deseadas por ella, acaban de ser pronunciadas. Casi se había quedado sin respiración
-- ¿Tú…tú…y…yo…solos?
-- Sí…
-- Como…pareja… o tal vez como jefe y secretaria.
-- No…una cena, siendo solamente nosotros. Sin tapaderas…ni mentiras. Sólo tú y yo.
Felicity estaba en shock, no terminaba de asimilar la situación.
-- Por favor dime que me lo estás diciendo en serio, que no es una de tus muchas bromas, porque no lo soportaría…- le dijo casi suplicando, demostrando una vez más que su capacidad para hablar demasiado rápido cuando está nerviosa, puede resultar útil en momentos de tensión.
-- No es ninguna broma…me…encantaría cenar contigo esta noche. Pero si te sientes incómoda…
Oliver quiso terminar la frase pero antes de que pudiera hacerlo, ella le interrumpió.
-- Acepto, acepto, acepto. – contestó sonriente y feliz.
Oliver exhaló todo el aire de su cuerpo en una única espiración esbozando una gran sonrisa.
-- ¿Segura?
-- Si rechazara tu oferta, estaría loca, más loca, quiero decir.
Los dos un poco más relajados, sonrieron ante el comentario.
-- ¿Bien, pues…te parece bien a las 8?
-- Me parece bien, sí.
Oliver intentó acercarse, pero algo le frenó. No sabía muy bien qué hacer. ¿Un beso en la boca?... No demasiado forzado, ¿un beso en la mejilla?... demasiado lanzado quizá. Como no encontraba una solución natural al problema y la situación se estaba volviendo algo incómoda, simplemente lo dejo estar. Una retirada a veces también es una victoria.
Lo que él no sabía es que Felicity se estaba haciendo exactamente las mismas preguntas. Su corazón quería avanzar, pero su mente no podía.
-- Voy a…casa a ducharme y…eso.
-- Vale.
A ninguno de los dos se les podía borrar la sonrisa de la cara.
Viendo que Oliver se marchaba, Felicity se dio cuenta de que no sabía a dónde tenía que ir.
-- Oliver, espera, no me has dicho a qué restaurante tengo que ir.
-- No te preocupes por eso, pasaré a recogerte.
-- ¿Vas a venir a recogerme?
-- Es lo que hace la gente normal.
Aunque para ella aquella frase tenía un cierto sentido, para Oliver lo tenía mucho más. Ya no había marcha atrás, este era el comienzo de su nueva vida.
Continuará...
Relatos Olicity | Olicity...postres y tequila
Como estamos en época de descanso de nuestra serie favorita hasta que comience la nueva temporada, intentaré ser vuestro suministro d...
