Espero que os guste mi pequeño regalo.
Oliver se
encontraba tumbado en la cama leyendo cuando siente pasos en las escaleras,
instintivamente una sonrisa acude a sus labios.
Una
agotada Felicity hacía su aparición. Su rostro algo demacrado por el cansancio
y esos preciosos zapatos colgando de sus dedos eran un claro indicativo de que
había llegado a su límite.
-- Hola
preciosa. - intentó animarla con una sonrisa.
Ella
simplemente se sentó con desgana en el borde de la cama, dejándose caer hacia
atrás.
-- No
puedo más.- un resoplido salió de su cuerpo como un fuerte estruendo.
Oliver
dejó el libro aparcado a un lado y se tumbó a su lado sobre la cama
logrando alcanzar su objetivo.
Al sentir
el suave tacto de los labios de Oliver sobre ella empezó a ronronear. Juguetear
con su lengua al final de una larga y dura jornada, era su mejor recompensa.
-- uhmmm
por esto, te tengo en casa. Bueno por eso y porque sino me moriría de hambre.
Oliver dio
un par de palmaditas en sus muslos mientras sonreía incorporándose hacia el
cabecero.
-- Anda
sube, voy a darte un masaje. - contestó haciendo alusión a sus doloridos pies.
Ella
obediente, sonriente y expectante accedió a su petición.
Nada más
tocar aquella zona sensible, los gemidos de placer empezaron a sucederse, cada
vez con más frecuencia, ante un divertido Oliver que disfrutaba en demasía toda
aquella situación.
-- A este
paso los vecinos van a empezar a creer que estás teniendo el mejor orgasmo de
tu vida.
-- Es que
lo estoy teniendo. No el mejor, claro está. Ese te lo tengo que conceder a ti.
Pero sí uno muy bueno.
Oliver
sonrió orgulloso.
-- ¿El
mejor te lo he dado yo?
-- Sí.
Tengo que reconocer que vas mejorando con la práctica.
Oliver
apretó un poco sus dedos sobre la zona más sensible arrancando un gemido a su
prometida para acto seguido soltarlo bruscamente alejando sus manos de ella.
Al ver que
no recibía ningún estímulo, protestó como un cachorro demandando cariño.
-- Vale
vale, lo reconozco eres muy bueno.
-- ¿Sólo
muy bueno?- arqueó una ceja
Felicity
mordió sus labios conteniendo esa mirada de lujuria, incorporándose hasta
fundirse con él en un beso lento y húmedo.
-- Eres el
mejor.
Beso.
-- Me
alegro, porque sino, las chocolatinas que he traído me las iba a tener
que comer yo solo.
El rostro
de Felicity se iluminó.
-- ¿Has
traído chocolatinas?
-- Sí.
Pero...son para después.
-- ¿Para
después de qué?
-- De que
yo te coma a ti.
Felicity
ronroneó emitiendo una sonrisa.
-- Uhmmm
me encanta.
Volvió a
buscar su boca en un beso suave y juguetón.
-- Lo sé.
- contestó con esa sonrisa pícara que tanto le gusta.
Escena 2
Felicity
se encontraba sentada sobre la cama con las piernas estiradas y el portátil
encendido sobre ella, trabajando en un código que pudiera desencriptar aquel
aparato misterioso.
Estaba
tan concentrada, aislada en su pequeño mundo que no percibía lo que
ocurría a su alrededor.
Como si
fuera un movimiento involuntario estiró la mano, cogió una chocolatina y la
acercó a su boca. Al darse cuenta de un error en su programa, arrugó
ligeramente el entrecejo junto a aquellos carnosos labios.
Tras un
par de intentos fallidos, resopló algo refunfuñona.
Oliver que
la había estado observando desde hacía un rato, sonreía divertido apoyado en el
umbral de la puerta.
--
Felicity... ¿vas a decirme qué te preocupa?
-- ¿A mí?
Nada.
Cogió otra
chocolatina, se la llevó nuevamente a la boca dejándola atrapada entre sus
labios para poder corregir una cosa en la pantalla.
-- Sé que
te pasa algo. Llevas consumido casi medio bote de chocolatinas.
-- No me
pasa nada, de verdad. Esto es por...aburrimiento.- chapurreó como pudo.
Oliver sin
decir nada, se acercó a ella con una sonrisa mordiendo la chocolatina
directamente desde su boca, dejándola sin nada.
-- ¡Eh eso
es mío! ¡Era mi última chocolatina!- Protestó algo molesta
-- ¿No
decías que no estabas ansiosa?
Felicity
al verse acorralada intentó salir lo más airosa posible...
-- ¿Y
desde cuándo me haces caso?
Escena 3
con Curtis
Felicity
se encontraba en la parte central de la guarida trabajando en la identidad del
nuevo vigilante cuando siente que Oliver sale del ascensor.
-- ¿Algo
nuevo?
-- Si te
refieres a si hay algo nuevo desde la última vez que me lo preguntaste hace
uhmmm exactamente 10 minutos. La respuesta es no.
Escuchó un
resoplido tras de sí.
-- Debemos
averiguar quién es antes de que decida actuar de nuevo.
-- Lo sé
pero todavía no tengo visión de rayos X, por lo que habrá que hacerlo a la
antigua usanza.
Oliver se
le quedó mirando esperando que terminara su explicación.
-- Con
esfuerzo, algo de suerte y mucha paciencia.
-- Sabes
que la paciencia no es mi punto fuerte.
-- Por eso
te he traído un regalito.
Felicity
se levantó con un cierto ímpetu de su sillón esbozando una gran sonrisa, Oliver
la siguió frunciendo ligeramente el ceño, curioso por saber qué era lo que su
chica estaba tramando.
Tras unos
cuando pasos llegan al lugar exacto: al fondo de la guarida, justo al lado de
la plataforma central, lugar desde el cual Felicity tiene una visión perfecta
de todo lo que ocurre.
Ella le
muestra orgullosa su hazaña: ha traído de vuelta al nuevo búnker la vieja
escalera de salmón.
Ante este
gran detalle por su parte, Oliver únicamente pudo sonreír.
-- Creo
que puedo decir que este regalo es más para ti que para mí.
Al
sentirse descubierta puso su cara inocente acompañada de una actitud risueña,
que últimamente dadas las circunstancias, era poco habitual.
-- En mi
defensa diré, que es algo que a ti te desestresa y a mí me pone bastante. Todos
ganamos.
Oliver
puso los ojos en blanco mientras sonreía.
Tras unos
segundos, sintió la mirada de Felicity sobre él, enviándole un claro mensaje.
-- ¿Ahora?
-- Qué
mejor momento para reestrenarla. Por fi.- imploraba suplicante con una sutil
voz infantil
-- Te
tengo muy consentida.
Felicity
sonrió acercándose para darle un beso tierno en los labios.
-- Lo sé.
Y me encanta.
Resignado
y divertido ante las ocurrencias de Felicity fue acercándose poco a poco a la
máquina.
-- Supongo
que también quieres que me quite la camisa.
-- Me
conoces muy bien.
A medida
que Oliver se desabrochaba la ropa, ella comenzaba a poder deleitarse con ese
cuerpo por el que suspiraba.
-- Dios...
cómo lo echaba de menos.
Justo en
el momento en el que Oliver colocó sus manos sobre la barra comenzando a coger
impulso, las puertas del ascensor se abrieron, dejando salir a Curtis hacia el
interior de la sala.
Oteó el
lugar en busca de Felicity, extrañándose de no verla en su sitio de siempre,
pero sonrió al comprender rápidamente la razón de su ausencia.
Caminó
hasta llegar al lado de Felicity quedándose observando aquel maravilloso
espectáculo.
-- Tú
también estás disfrutando eh.- dijo sin poder evitar que una gran sonrisa se
dibujara en su rostro
Ante la
mirada no menos desconcertante de su compañera, supo que había sido un
comentario no muy oportuno.
-- Lo
siento. A veces me dejo llevar demasiado.
--
Tranquilo. Te entiendo. Pero sólo para que conste, es mío.
-- Por
supuesto. Además no creo que yo sea su tipo.- contestó esperando un poco de
consuelo por su parte
-- En eso
tengo que darte la razón.
El rostro de Curtis adquirió esa expresión de puñal atravesando su pequeño corazón ante una cada vez más acalorada Felicity que no perdía esa sonrisa maliciosa mientras seguía contemplando aquellas excitantes vistas.
El rostro de Curtis adquirió esa expresión de puñal atravesando su pequeño corazón ante una cada vez más acalorada Felicity que no perdía esa sonrisa maliciosa mientras seguía contemplando aquellas excitantes vistas.
Escena 4
El equipo
se encontraba en la guarida, reunidos, tratando de trazar un plan para la nueva
misión. Felicity se encontraba sentada al lado de Oliver mientras todos los
demás les rodeaban.
-- Y bien,
¿cuál es el siguiente paso? Preguntaba Thea a su hermano en vista de que su
última jugada no había tenido demasiado éxito.
-- De
momento saldremos a patrullar e intentar averiguar lo que podamos.
-- La
gente no está dispuesta a hablar. Tienen miedo. - Contestó Diggle
mientras se acomodaba en su silla.
-- El
capitán Lance está intentando darnos acceso a las pruebas que recogieron en la
escena del crimen, pero eso le llevará algún tiempo así que sólo podemos
esperar.
-- Eso
parece.
Thea
parecía frustrada, a pesar de todos sus esfuerzos cada vez que avanzaban hacia
una nueva pista, ésta se desvanecía hacia un callejón sin salida.
En el
silencio de la sala Oliver empezó a ser consciente de que algo le estaba
acariciando la palma de la mano.
-- ¿Qué
estás haciendo?
Miró a
Felicity un poco extrañado.
--
Circulitos.
Al
levantar la vista pudo ver la sonrisa algo burlona de Oliver.
-- ¿Qué?
Me relaja. A ti te relaja masajearme los pies y no protesto.
La cara de
sorpresa de todos los presentes no se hizo esperar, incluida la de Oliver.
--
Felicity - le recriminó ante la risa de sus amigos
-- No te
preocupes. No van a decir nada.
--
Tranquilo Oliver, tu secreto está a salvo.
Diggle,
quien estaba disfrutando mucho de aquella situación, le dio un par de
golpecitos en el hombro antes de levantarse.
-- Y yo
voy a fingir que no he oído nada.- contestó muy sonriente para desesperación de
su hermano mayor
FIN