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lunes, 11 de septiembre de 2017

Escenas Olicity | Chocolate y Salmón





Espero que os guste mi pequeño regalo.

Escena 1


 Oliver se encontraba tumbado en la cama leyendo cuando siente pasos en las escaleras, instintivamente una sonrisa acude a sus labios.


Una agotada Felicity hacía su aparición. Su rostro algo demacrado por el cansancio y esos preciosos zapatos colgando de sus dedos eran un claro indicativo de que había llegado a su límite.


-- Hola preciosa. - intentó animarla con una sonrisa.


Ella simplemente se sentó con desgana en el borde de la cama, dejándose caer hacia atrás.

-- No puedo más.- un resoplido salió de su cuerpo como un fuerte estruendo.

Oliver dejó el libro aparcado a un lado y se tumbó a su lado sobre la cama logrando alcanzar su objetivo.

Al sentir el suave tacto de los labios de Oliver sobre ella empezó a ronronear. Juguetear con su lengua al final de una larga y dura jornada, era su mejor recompensa.

-- uhmmm por esto, te tengo en casa. Bueno por eso y porque sino me moriría de hambre.

Oliver dio un par de palmaditas en sus muslos mientras sonreía incorporándose hacia el cabecero.

-- Anda sube, voy a darte un masaje. - contestó haciendo alusión a sus doloridos pies.

Ella obediente, sonriente y expectante accedió a su petición.

Nada más tocar aquella zona sensible, los gemidos de placer empezaron a sucederse, cada vez con más frecuencia, ante un divertido Oliver que disfrutaba en demasía toda aquella situación.

-- A este paso los vecinos van a empezar a creer que estás teniendo el mejor orgasmo de tu vida.

-- Es que lo estoy teniendo. No el mejor, claro está. Ese te lo tengo que conceder a ti. Pero sí uno muy bueno.

Oliver sonrió orgulloso.

-- ¿El mejor te lo he dado yo?

-- Sí. Tengo que reconocer que vas mejorando con la práctica.

Oliver apretó un poco sus dedos sobre la zona más sensible arrancando un gemido a su prometida para acto seguido soltarlo bruscamente alejando sus manos de ella.

Al ver que no recibía ningún estímulo, protestó como un cachorro demandando cariño.

-- Vale vale, lo reconozco eres muy bueno.

-- ¿Sólo muy bueno?- arqueó una ceja

Felicity mordió sus labios conteniendo esa mirada de lujuria, incorporándose hasta fundirse con él en un beso lento y húmedo.

-- Eres el mejor.

Beso.

-- Me alegro, porque sino, las chocolatinas que he traído me las iba a tener que comer yo solo.

El rostro de Felicity se iluminó.

-- ¿Has traído chocolatinas? 

-- Sí. Pero...son para después.

-- ¿Para después de qué?

-- De que yo te coma a ti.

Felicity ronroneó emitiendo una sonrisa.

-- Uhmmm me encanta.  

Volvió a buscar su boca en un beso suave y juguetón.

-- Lo sé. - contestó con esa sonrisa pícara que tanto le gusta.



Escena 2


Felicity se encontraba sentada sobre la cama con las piernas estiradas y el portátil encendido sobre ella, trabajando en un código que pudiera desencriptar aquel aparato misterioso.

Estaba  tan concentrada, aislada en su pequeño mundo que no  percibía lo que ocurría a su alrededor.

 Como si fuera un movimiento involuntario estiró la mano, cogió una chocolatina y la acercó a su boca. Al darse cuenta de un error en su programa, arrugó ligeramente el entrecejo junto a aquellos carnosos labios.

Tras un par de intentos fallidos, resopló algo refunfuñona.

Oliver que la había estado observando desde hacía un rato, sonreía divertido apoyado en el umbral de la puerta.

-- Felicity... ¿vas a decirme qué te preocupa?

-- ¿A mí? Nada.

Cogió otra chocolatina, se la llevó nuevamente a la boca dejándola atrapada entre sus labios para poder corregir una cosa en la pantalla.

-- Sé que te pasa algo. Llevas consumido casi medio bote de chocolatinas.

-- No me pasa nada, de verdad. Esto es por...aburrimiento.- chapurreó como pudo.

Oliver sin decir nada, se acercó a ella con una sonrisa mordiendo la chocolatina directamente desde su boca, dejándola sin nada.

-- ¡Eh eso es mío! ¡Era mi última chocolatina!- Protestó algo molesta

-- ¿No decías que no estabas ansiosa?

Felicity al verse acorralada intentó salir lo más airosa posible...

-- ¿Y desde cuándo me haces caso?



Escena 3 con Curtis


Felicity se encontraba en la parte central de la guarida trabajando en la identidad del nuevo vigilante cuando siente que Oliver sale del ascensor.

-- ¿Algo nuevo?

-- Si te refieres a si hay algo nuevo desde la última vez que me lo preguntaste hace uhmmm exactamente 10 minutos. La respuesta es no.

Escuchó un resoplido tras de sí.

-- Debemos averiguar quién es antes de que decida actuar de nuevo.

-- Lo sé pero todavía no tengo visión de rayos X, por lo que habrá que hacerlo a la antigua usanza.

Oliver se le quedó mirando esperando que terminara su explicación.

-- Con esfuerzo, algo de suerte y mucha paciencia.

-- Sabes que la paciencia no es mi punto fuerte.

-- Por eso te he traído un regalito.

Felicity se levantó con un cierto ímpetu de su sillón esbozando una gran sonrisa, Oliver la siguió frunciendo ligeramente el ceño, curioso por saber qué era lo que su chica estaba tramando.

Tras unos cuando pasos llegan al lugar exacto: al fondo de la guarida, justo al lado de la plataforma central, lugar desde el cual Felicity tiene una visión perfecta de todo lo que ocurre.

Ella le muestra orgullosa su hazaña: ha traído de vuelta al nuevo búnker  la vieja escalera de salmón.

Ante este gran detalle por su parte, Oliver únicamente pudo sonreír.

-- Creo que puedo decir que este regalo es más para ti que para mí.

Al sentirse descubierta puso su cara inocente acompañada de una actitud risueña, que últimamente dadas las circunstancias, era poco habitual.

-- En mi defensa diré, que es algo que a ti te desestresa y a mí me pone bastante. Todos ganamos.

Oliver puso los ojos en blanco mientras sonreía.

Tras unos segundos, sintió la mirada de Felicity sobre él, enviándole un claro mensaje.

-- ¿Ahora?

-- Qué mejor momento para reestrenarla. Por fi.- imploraba suplicante con una sutil voz infantil

-- Te tengo muy consentida.

Felicity sonrió acercándose para darle un beso tierno en los labios.

-- Lo sé. Y me encanta.

Resignado y divertido ante las ocurrencias de Felicity fue acercándose poco a poco a la máquina.

-- Supongo que también quieres que me quite la camisa.

-- Me conoces muy bien.

A medida que Oliver se desabrochaba la ropa, ella comenzaba a poder deleitarse con ese cuerpo por el que suspiraba.

-- Dios... cómo lo echaba de menos.

Justo en el momento en el que Oliver colocó sus manos sobre la barra comenzando a coger impulso, las puertas del ascensor se abrieron, dejando salir a Curtis hacia el interior de la sala.

Oteó el lugar en busca de Felicity, extrañándose de no verla en su sitio de siempre, pero sonrió al comprender rápidamente la razón de su ausencia.

Caminó hasta llegar al lado de Felicity quedándose observando aquel maravilloso espectáculo.

-- Tú también estás disfrutando eh.- dijo sin poder evitar que una gran sonrisa se dibujara en su rostro

Ante la mirada no menos desconcertante de su compañera, supo que había sido un comentario no muy oportuno.

-- Lo siento. A veces me dejo llevar demasiado.

-- Tranquilo. Te entiendo. Pero sólo para que conste, es mío.

-- Por supuesto. Además no creo que yo sea su tipo.- contestó esperando un poco de consuelo por su parte

-- En eso tengo que darte la razón.

El rostro de Curtis adquirió esa expresión de puñal atravesando su pequeño corazón ante una cada vez más acalorada Felicity que no perdía esa sonrisa maliciosa mientras seguía contemplando aquellas excitantes vistas.



Escena 4

El equipo se encontraba en la guarida, reunidos, tratando de trazar un plan para la nueva misión. Felicity se encontraba sentada al lado de Oliver mientras todos los demás les rodeaban.

-- Y bien, ¿cuál es el siguiente paso? Preguntaba Thea a su hermano en vista de que su última jugada no había tenido demasiado éxito.

-- De momento saldremos a patrullar e intentar averiguar lo que podamos.

-- La gente no está dispuesta a hablar. Tienen miedo. - Contestó Diggle  mientras se acomodaba en su silla.

-- El capitán Lance está intentando darnos acceso a las pruebas que recogieron en la escena del crimen, pero eso le llevará algún tiempo así que sólo podemos esperar. 

-- Eso parece.

Thea parecía frustrada, a pesar de todos sus esfuerzos cada vez que avanzaban hacia una nueva pista, ésta se desvanecía hacia un callejón sin salida.

En el silencio de la sala Oliver empezó a ser consciente de que algo le estaba acariciando la palma de la mano.

-- ¿Qué estás haciendo?

Miró a Felicity un poco extrañado.

-- Circulitos.

Al levantar la vista pudo ver la sonrisa algo burlona de Oliver.

-- ¿Qué? Me relaja. A ti te relaja masajearme los pies y no protesto.

La cara de sorpresa de todos los presentes no se hizo esperar, incluida la de Oliver.

-- Felicity - le recriminó ante la risa de sus amigos

-- No te preocupes. No van a decir nada.

-- Tranquilo Oliver, tu secreto está a salvo.

Diggle, quien estaba disfrutando mucho de aquella situación, le dio un par de golpecitos en el hombro antes de levantarse.

-- Y yo voy a fingir que no he oído nada.- contestó muy sonriente para desesperación de su hermano mayor



FIN







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